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lunes, 21 de enero de 2019

Crónica de la Carrera de Balazote

El pasado domingo 20 de enero tuvimos una de las carreras favoritas para los Chinguanes. Y digo favoritas porque todos los años suele tener una gran acogida por parte de los miembros de nuestro club. Será el aura hipnótica que desprende la escultura ibérica por antonomasia, la Bicha de Balazote; será el aroma inconfundible del ajo morado de Castilla-La Mancha; o bien las características intrínsecas de la propia carrera. Algo tiene Balazote, que a los Chinguanes nos encanta. 
Tras el comienzo de temporada en Yeste, con algunos de los nuestros participando en la popular y en el trail, llegaba Balazote, donde teníamos preparada una sorpresa muy especial. 
Nuestro ilustre corredor y promotor, Juan Millán, tras haber completado todas las carreras del circuito en 2014, descubrió la labor esencial de los voluntarios en las carreras populares. En concreto, llamaron su atención las asociaciones de mujeres y amas de casa de los distintos pueblos, y su esmero y dedicación desinteresada con los corredores y corredoras. Desde entonces, Juan acuñaría el término de cierrapabellones para nuestros Chinguanes más valientes y pronto llegaría la costumbre de fotografiarnos con ellas en esos momentos de relax al terminar la carrera. 
Tras una próspera temporada 2018 para el club, Juan pudo reunir 28 fotos correspondientes a distintas carreras del circuito donde las grandes protagonistas eran estas mujeres implicadas en que no nos falte de ná al acabar nuestra carrera. El resultado de este reportaje se plasma en un emotivo vídeo. Los Chinguanes quisimos hacer partícipes de este homenaje a toda la familia del circuito con la entrega de algunas fotografías a las representantes de la asociación local de amas de casa de Balazote.



Los medios locales también se hicieron eco de nuestro cariñoso detalle incluyéndonos en las distintas crónicas de la carrera. Estamos muy felices por ello. Creemos que el atletismo popular se nutre de todas esas personas anónimas que hacen que las carreras se lleven a cabo. De todos esos corredores populares que viajan a un pueblo cada semana para encontrarse con amigos, pasar un buen rato haciendo deporte, disfrutar del entorno, superar retos o alcanzar objetivos. Y de las personas que colaboran para que así sea en cada carrera y cada pueblo. No solo de ganadores y ganadoras se nutre la noticia, sino de todo en su conjunto. Es genial que la prensa también lo entienda así. La Tribuna de Albacete en su edición impresa, masquealba.com, El Digital de Albacete y el blog del circuito nos incluyeron en su noticia. 
Por otra parte, y aunque la filosofía de nuestro club es mucho más fraternal que competitiva, también nos sentimos orgullosos cuando alguno de los nuestros consigue premio, y en este caso fue Fátima la que consiguió la primera posición como atleta local (la misma que os escribe). Y es que, como ya os conté en otra ocasión, esos caminos en los alrededores de Balazote son oxígeno puro para mis pulmones y mi mente, y me siento muy feliz por haber tenido la oportunidad de exprimirlos a tope en la carrera. Pero sobre todo, me siento feliz por tener compañeros como Jesús (Minaya Brother) que me acompañó de liebre con mucha paciencia y aguante. Definitivamente, Jesús es el talismán del Chinguan. 
Sin duda, una carrera emotiva, donde el primer y segundo clasificados masculinos fueron juntos todo el tiempo y decidieron entrar juntos en meta. Como ya os decía al principio de este post, será el efecto hipnótico de generaciones remotas, helenos, fenicios y mesopotámicos, lo que hace que recorrer sus parajes sea mucho más que correr una carrera.

El CD Chinguan antes de empezar la carrera. Gofio Plus nos promociona otro año más, y con la rica energía canaria, ¡volamos!
La ristra de ajos morados es el premio estrella en esta carrera 💜.


jueves, 3 de enero de 2019

Cien días de camino a Valencia




Queridos, queridas, ahora ya sí, con la perspectiva de este mes que ha pasado, puedo explicarlos lo que ha sido para mí el Maratón de Valencia. No es fácil, ya que la carrera en sí no fue nada –aunque suene a tópico– en comparación con lo que ha sido el proceso. Ahí van esos cien días en unas cuantas líneas.
Todo empezó a mediados de agosto en el paraíso particular de Ana. Además de nuestra presi, ella para mí lo es todo, ya sabéis.  Y este paraíso tiene nombre y apellidos: Santa Pola del Este.
Tras haber tenido un curso escolar muy denso, y un mes de julio peor, fui a pasar unos días con Ana y sus sobris a Santa Pola. Solo queríamos playa, posados y sobre todo, salir a correr. Necesaria desintoxicación del mundo la mía, y este deporte puede con eso y más. Tras meses y meses sedentaria con mucho estudio y trabajo, esos días salí con Ana a hacer unas tiradas muy apañás y llenas de aventuras, y me vi bien. Entonces llegó el momento relax en la terraza del apartamento de la familia Mora Frías, en el que Lucía Florecilla nos escribía mencionando el Maratón de Valencia. Y es ahí cuando me inscribí en el maratón y en los 20k Alicante Santa Pola.
Comienza entonces la etapa de bajar pulsaciones. Me pareció una etapa súper bonita. Fueron dos semanas, a final de las vacaciones de verano, en mi casa de Balazote. Me encanta la Vía Verde. Me ha visto hacer kms y kms, verano tras verano. Casi siempre sola, sí, sola. Y disfrutándola al máximo. Fue un poco tedioso, al principio, esto de correr más despacio, pero el entorno me acompañaba y resultó muy agradable.
Tras esta fase zen llegaba el comienzo de curso: un nuevo centro de trabajo, un nuevo pueblo, casa… muchos cambios. Y los findes, la Feria de Albacete. Por lo que septiembre fue regular en mis entrenamientos y pensé que no sería capaz. Pero saquémosle el lado bueno, y una jornada de casi 20 horas en la feria con unas Vans de suela plana hicieron que sintiera molestias en la planta del pie, ¡pa no sentirlas! Y gracias a esto, y al consejo de nuestro Edu coach, comencé a nadar y paré de correr un par de semanas. Me flipa nadar, y era un deporte que tenía un poco abandonado. Reencontrarme con las piscinas ha sido para mí tan importante como el propio maratón. Estirar en el agua, canela en rama. La sensación que queda después de nadar, pez mantequilla. He llegado a ir a la pisci solo para estirar, y mientras, ver a los peques de la escuela de triatlón de La Sagra entrenando, ¡esas ranitas son boniquez absoluta!
Y ya que os menciono La Sagra, la siguiente etapa del recorrido tiene parada en Illescas, el pueblo donde vivo este curso. Recuperada de mi lesión de ferianta, comienzan los auténticos entrenos, en octubre. La primera motivación vino de los chicos de Bikila, en Toledo, donde compré unas Saucony nuevas y más bonitas que las que tenía (soy malísima recordando modelos de zapas). Ya conocía esta tienda y por eso fui a ellos. Me animaron mucho y en todo momento me dijeron que por supuesto iba a ser capaz de terminar un maratón. Así que con zapas nuevas y bonitas, y el refuerzo positivo de dos súper pro, estaba a tope para tirar millas. Mi compañero Alberto, de Educación Física, me acompañaba en las tiradas de 20k. El entorno de la fábrica de Airbus, muy bonito no es, así que mucho mejor ir charlando con el compi del insti. La tirada más larga que hice en los entrenamientos fueron 27 km, y esa se la reservé a mis Chinguanes del alma, en una bonita mañana a finales de octubre, de camino a Tinajeros. Y bien de María Escote esa noche en el Abycine.
Pasa el tiempo y nos acercamos al mes clave: noviembre. Ya llevaba aprendidas muchas lecciones: autoconfianza, esfuerzo, superación… Tal vez todas muy individualistas, pero a partir de ese momento, ya nada fue individual. Llega Santa Pola, esa carrera a la que me había inscrito junto al maratón, y se abre el ciclo. Edu coach nos causa baja pero se convierte en un gran apoyo y nos manda entrenamientos semanales al equipo de Chinguanes Valencia. Compartimos experiencias, sensaciones, dolores. Pedro y yo optamos por llamarla “la carrera innombrable”. Lucía comenzaba a tener dificultades para recuperarse de la lesión y peligraba su participación. Resulta complicado dedicar energías e ilusiones en algo, e ir descubriendo que no puede ser. Y cada momento que avanza, los pensamientos retroceden, pero nunca hay fracasos ni errores, sino lecciones aprendidas. Una vez mi madre me dijo: “nada cae sobre saco roto”. La vida es un continuo aprendizaje, y preparar un maratón enriquece cuerpo y alma.
Se acercaba la última semana, y a esas alturas, en mi dieta solo había carnes rojas, moluscos bivalvos, verduras de hoja verde, legumbres, vitamina C… Todo acompañado por laminitas de jengibre del sushi, que las tomaba a diario. La anemia siempre me ha acechado, y en los últimos días de noviembre volví a notar pinchazos en manos y pies y dolor de cabeza. Entonces aumenté –si cabe– mi ingesta en alimentos con hierro, me hice vampira, comía sangre frita, tomaba Floradix y todos esos consejitos de Óscar para la última semana. Y de esa guisa, nos plantamos en el primer finde de diciembre en Valencia.
Tristemente, Lucía nos había causado baja, así que en la habitación de las chicas Chinguan se colaba Pedrito, que le dio gana. Pachi jasstags y Javi se alojaban juntos, con la familia de Javi. Mención especial a Rosario y a las dos hijas tan espectaculares que tienen. Fueron nuestras grandes animadoras y lo vivieron de forma casi tan intensa como el resto de Chinguanes. Es tan bonito implicarse en algo a tope y que la gente que te quiere y te acompaña, lo viva por igual. Nuestro top Juan Ángel corría con su hermano. Meritazo tiene, por las series infinitas que habrá presenciado el Parque Lineal para conseguir que él brillara en Valencia. La chinguana rosi, Laura, iba con su personal trainer Rabodan.
Y la ciudad de la luz nos recibía brillante y bellísima. La Feria del Corredor muy bien, ubicación de 10, paella party mu rica y organización genial. La noche de antes me encontraba fatal, pensaba que iba a enfermar, sentía pinchazos por todo el cuerpo. Soy una blanda y me resulta asombrosamente fácil autosugestionarme por los nervios. Por suerte, a la mañana siguiente estaba fresca como una lechuga. A las 05:15 de la mañana, Ana nos despertaba al ritmo de Cayetano, de Carolina Durante.
Desayuno de campeones y tiramos para la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Espectacular el ambiente. Lo recuerdo con muchísima emoción. Habíamos quedado con los chicos Altafit para una foto Altachines, de esas que gustan tanto a Pachi. Me encantan los previos a las carreras, son emocionantes, hay un sentimiento de grupo bestial, conexión con una misma y con los demás. Así que imaginad: un entorno precioso, la idea de correr un maratón por primera vez en la vida e ir acompañada de gente a la que aprecias. Es muy guay.
La carrera no fue menos y resultó súper especial. Sensaciones buenísimas todo el tiempo. Fuimos Javi, Ana y yo hasta el km 31, con esa barrera ficticia tan real, donde Ana tuvo que parar e ir a un baño porque la pobre estaba fatality. Javi y yo seguimos un poco más despacio, con intención de que ella nos pillara cuando saliera del baño. Pero eso era algo casi imposible que ocurriera. Entonces, durante los 3 kms siguientes me vino a la mente todo esto que os acabo de narrar. Mi mente viajó a Santa Pola en agosto, escaló por esas rocas imposibles hacia el faro, con Ana ya arriba, volvió haciendo sendas, compartiendo con ella la poca agua que nos quedaba. Se fue al finde de Abycine y a la tirada larga, y a ese vino con ostra para recuperar hierro. Y a infinitas cosas más. Por lo que en el km 34 le dije a Javi que volvía a buscarla. Y 500 m hacia atrás la encontré, y le dije: “que sepas que he venido a por ti para ser tu liebre, así que tira”. Y se quejó un poco, pero como es más dura que las piedras, tiró, vaya que sí tiró. Y acabamos nuestro maratón juntas con buenísimas sensaciones, tras 4 horas y 23 minutos. Valencia soleada, mantas de oro a nuestro alrededor, y nuestra preciada medalla.




Santa Pola zen, con sus cuestas y sus posados (y helados de horchata y lima)

Vía Verde Sierra de Alcaraz, fuente de inspiración.

                        
Las Chinguanas somos muy de posturear: en la pisci, con la Escote...


EQUIPAZO.

  
La magia de Valencia 💙.

                       

                       
Altachines y los encuentros con las celebrities (y yo antitaurina 🙆)


      

¡Prueba superada y felicidad plena!

Fati