TRIATLON DE SANTA POLA

Crónica del debút triatlético de Antonio Molina y un servidor.

 Sábado, 7 de junio, 15:00 p.m.- Bajo un sol abrasador, y con la comida en la garganta me dispongo colocar los portabicicletas sobre mi flamante VW Touran.
"Lo suyo hubiese sido irse el viernes a Santa Pola y disfrutar de un tranquilo fin de semana en la playa, pero diversos imponderables me llevaron a esta situación bajo la canícula manchega."

Sábado, 7 de junio, 16:00 p.m.- Siguiendo la tradición llego media hora tarde a la cita con Antonio, aunque esta vez creo que está justificado, cargamos las bicis y nos vamos junto a Reyes y los niños a realizar nuestro reto triatlético.

Sábado, 7 de junio, 18:30 p.m.- Tras una parada de emergencia a comprobar el estado del portabicicletas en el Excelentísimo municipio de BONETE, llegamos a tierras levantinas. Dejamos las cosas en nuestros aposentos, nos vamos a por el dorsal. Nos tatúan brazos y piernas, no sin dificultades debido a la extensa mata de pelos que cubren nuestras extremidades.

Pose un tanto gayer. Debemos entrenar más esto para la próxima.

Sábado, 7 de junio, 19:30 p.m.- Nos vamos "escopetaos" a dejar las bicis en boxes

Los dos en boxes. "Bonicos del to"

Sábado, 7 de junio 21:00 p.m.- Paseo, cena y a dormir que mañana hay que madrugar.


Domingo, 8 de junio 8:00 a.m.- Suena el despertador. Tras un desayuno frugal, compuesto de: un plátano, un café con leche, dos yogures con muesli, unos pocos buñuelos y una tostada a la que, como triatleta que voy a ser dentro de un rato, no le pongo mantequilla para controlar la ingesta de grasas. Estoy dispuesto a comerme el mundo.... sino me hundo antes en el mar.

Domingo, 8 de junio 8:45 a.m.- Nos vamos rápido para los boxes a dejar todos los "apichusques" que hay que llevar para esto del triatlon. Con lo bien que se llega 5 minutos antes a las salidas en las carreras del circuito, ¡¡¡Que voy a hacer yo allí una hora antes!!!
Pronto se me ocurren que cosas hacer, básicamente tres:

1. Volver a la carrera al apartamento a por el gorro de natación.
2. Bajar a la carrera a intentar que me alquilen un chip, ya que cuando voy a por el gorro me doy cuenta que me he dejado el chip en Albacete.
3. Y por último, pero no menos importante para un triatleta de élite como yo. Buscar un lugar donde vaciar mi estómago del pingüe desayuno que me he zampado hace un rato.

Solucionados estos imponderables nos vamos paseando, yo mucho más ligero, a la línea de salida paseando por la playa.

10:00 a.m.- Sálida de los federados.
10:05 a.m.- Sálida de las féminas.
10:08 a.m.- Sálida de los jóvenes.
10:11 a.m.- Sálida de los menos jóvenes.
10:15 a.m.- Sálida de los viejunos. Ese es nuestro momento. Me sorprendió que la edad media de esta carrera es bastante baja. De hecho creo que de los 1000 que corrimos habría unos 50 más veteranos que nosotros....¡¡¡¡¡¡¡Y nosotros somos muy jóvenes!!!!!!!

Nos lanzamos al agua, algún meneo sin importancia, me alejo del mogollón y voy nadando bastante cómodo, vigilo a un tío que va por mi derecha para no alejarme mucho de la boya, y cada vez voy nadando más cómodo, tan cómodo que si no estoy a punto de estamparme con una canoa a estas horas estaría en Tabarca.
Del que iba a mi derecha no tengo noticias, creo que lo han adoptado en Argelia, ayer llegó nadando a un playa cerca de Argel, y dijo que le habían robado la bicicleta, que no la encontraba en boxes.

Yo rectifico la trayectoria y me pongo a adelantar a bastante gente, incluidos muchos de la salida anterior, voy más chulo que un ocho y llego al final de la natación con ganas de seguir nadando un rato más.

De Antonio no tengo noticias, yo no distingo a nadie con gorro.

Saliendo del agua entre la multitud

Antonio acabando la natación y saludando a la afición.

Otra de Antonio.

 Cojo la bici, y salgo pitando, a pesar de que el primer km es llano no voy nada a gusto y no cojo el ritmo. Parece que en el repecho que sube al faro voy mejor y empiezo a adelantar a gente, pero fue un espejismo, en cuanto llego al camino de piedras me pasa todo el mundo por derecha e izquierda, y antes de llegar al faro, Antonio me pilla, hago por seguirle pero pronto se me escapa de mi vista.

Así pues, ya que conozco el descenso, decido bajar bastante más rápido de lo que acostumbro para llegar a dejar la bici en la segunda transición cuando Antonio empieza a correr.

Apunto de acabar el segmento ciclista.

Llega la carrera a pie con un calor de tres pares de narices, veo a Antonio bastante delante pero intento cogerlo. Apretando en los últimos metros llego justo 2 segundos por detrás de él.

Antonio, y un servidor llegando a meta.

Clasificación

En resumen, experiencia muy entretenida, y digna de repetir. ¿Me apuntaré al de Alcalá del Jucar?, o cuando llegue de hacer los 35 km en bici, habrán desmontado ya el chiringuito.

Esta noche lo consulto con la almohada....

Miguel Ángel.