MI PRIMERA BEHOBIA-SAN SEBASTIÁN Y NO LA ÚLTIMA

Hermanamiento Acero y Chinguan en Behobia

Carga de pintxos y cerves

Photocol y dorsal en la feria

Selfie en plena carrera con el mítico pirata de la Behobia

Hermanamiento Aceros y Chinguanas

Pose precarrera.

         Hace ya unos siete meses, me comentaron Mer y Ruth Aceros que en mayo se abría el plazo para apuntarse a la carrera BEHOBIA y que los dorsales se agotaban en horas. No tenía ni idea de qué era Behobia y de cuántos kilómetros eran, pero decidí apuntarme porque total faltaban siete meses y en tanto tiempo, ¿quién sabe?

        Fuimos unos pocos locos en inscribirnos, al final: Fati Chinguan y su novio Jose, Marlene del equipo Caribe mix independiente, Mer Acero, Ruth Acero y la misma que escribe esta crónica. Pasó el tiempo y cada vez fue más difícil cuadrar trabajo, vida familiar y entrenamientos. Así que las Chinguaners junto con Marlene nos presentamos ante una carrera tan exigente en un estado físico lamentable. En mi cada vez es más frecuente. ;(   Prometo sacar tiempo para prepararme la Mitja de Santa Pola en serio.

        Behobia es un barrio de Irún y este año se cumplían 50 años de la carrera que recorre Behobia a San Sebastián pasando por puertos bastante exigentes. Es un recorrido rompepiernas con bastantes subidas y repechos y, también, bajadas, pero pocos kilómetros llaneando que es lo que a las albaceteñas nos gusta tanto.

      El viaje resultó un palizón porque hasta el fin de semana de antes no sabía si iba a poder ir. Así que no me pedí el día. Fui un poco porque ya tenía el dorsal y a ver qué se cocía, pero resultó ser la carrera de mi vida.

     El sábado por la mañana recogimos los dorsales en el estadio de Anoeta y en el Velódromo estaba situada la feria del corredor tan molona que organizaron. Había stands súper currados con información de muchas carreras y con productos de nutrición que nunca había visto. Además, en el stand de Adidas Boost me encontré con mucho famoseo del mundo de las carreras como Luis Alberto Hernando, Isabel Macías y Vanessa Veiga. Debo confesar que me marqué un farol con Luis Alberto. Me preguntó si hacía montaña y le dije: "OF COURSE, la Quixote Leyend!" Simplemente, flipó y respondió: "Joder". ¡Oh, yeah!

Ponchos chinos para la lluvia con @Rubielete

 Una vez recogidos los dorsales y las camisetas, nos fuimos en dirección a la playa de la Concha y al casco viejo a tomar unos pintxos. Al final, a Marlene y a mi nos entró ansia viva y nos tomamos tres de golpe. Pasamos una tarde muy divertida entre palmeras de txocolate y cervezas Oñeta. ¡Ummmm!

Con Luis Alberto Hernando, un encanto.

Isabel Macías, Ana Chinguan, Mer Acero, Loles Auténtica y Vanessa Veiga, ganadora de la carrera.

        Decidimos cenar en Astigarraga donde nos alojábamos porque llevábamos todo el día con las patucas de paseo y las teníamos bien cargadas. Nos cargamos de hidratos vascos, es decir, bocatas gigantes y para el piso. 

La mañana de la carrera madrugamos bastante y nos despertamos a las siete de la mañana con tiempo suficiente para desayunar, hacer "popoch", vestirnos, ponernos los ponchos chinos para la lluvia y tomar el bus para Donosti. Allí, hicimos unos metros de mas para coger el tren y juntarnos con el resto de Aceros y mi querida Fati Chinguan y Jose. Cogimos el tren topo y nos dirigimos a Irún. Allí, una lanzadera nos llevó a Behobia donde el tiempo era inmejorable, fresco, pero sin lluvia ni viento. Mi cajón era el de las 11.27. El ambiente era brutal, lleno de caras sonrientes y runners con ponchos por si las moscas. Cola en el baño para el último pis y a correr. Mer, Manu, su hermano Carlos, Marlene, Fati y yo salimos juntos. He de decir que estábamos asustados por las cuestacas, la falta de entrenamiento y queríamos disfrutar a tope de la carrera. Así, salimos a un ritmo bastante ojete, tipo 6-6.30 que me permitió gritar, cantar, saltar, chocar las manos de los niños y liarla durante los primeros 11-12 km. Se me pasaron tan rápido que deseé que fuera una carrera más larga. A partir de ahí, me tomé un gel, perdí a Fati, Jose, Manu y Marlene y fui sola. Bueno, realmente no fui tan sola. Conocí a una pareja de vascos majísima y a un médico madrileño de los Drinking Runners que seguía por Instagram. Empecé a venirme arriba con los AUPA NESKA, OSO ONDO de los miles de aficionados que aplaudían y me puse en 5.15-5.30. Estaba emocionada, gritaban mi nombre, me daban palmas. ¡Subidón! Al pasar Rentería, se me saltaron las lágrimas. No me podía creer que toda esa gente me aplaudiese y gritase mi nombre sin parar. Seguí acelerando y pensé que en la cuesta del km 16 me iba a pasar factura, pero subí la cuesta sonriendo. Impresionante, pero el sufrimiento se convierte en sonrisa en BEHOBIA. 

En el km 17 se empieza a ver el mar y a partir de ahí, la carrera se terminaba, mi sonrisa iba creciendo. No lo podía creer. Estaba disfrutando como una loca durante 20 km y, entonces, recordé por qué me gusta correr. Al final, 2 horas y 1 minuto de felicidad. 

      Desde aquí un inmenso GRACIAS  a todo el público de la Behobia. El ambiente es inigualable. El público se entrega con todos y cada uno de los corredores. Gracias a la gente que me ha acompañado y que me embarcó en esta "locura", gracias a Loles por llevarme un cortavientos seco a la meta, gracias a todos los que leeréis este humilde post, gracias al presi por hacerme el finde que me tocaba a mi, gracias a Fati, Manu, Jose, Carlos, Marlene y Mer por acompañarme en los primeros km, animarme y hacerlos selfies conmigo. Y gracias a todos los que me animáis a seguir corriendo porque simplemente me hace feliz.

¡QUÉ NADIE NOS PARE, CHINGUANES!

PD.: Borré sin querer todos los videos que hice durante la carrera. Solo me ha quedado esto:

https://www.youtube.com/watch?v=W0OkrQJCzPQ

Ana