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viernes, 20 de marzo de 2015

Correr con frío, con lluvia...¿y por qué no?

Esta semana ha vuelto el frío, y con él la lluvia. ¿Nos quedamos en casa bajo la mantita y echamos aperder todo lo que llevamso ya rodado o le plantamos cara al invierno y nos ponemos nuestras mejores galas runner? 
Es cierto que bajo el solecito, en tirantes y de corto da mucho más gozo correr, pero no todo es siempre cuesta abajo, así que tampoco en lo que al tiempo se refiere vamso a disfrutar siempre de condicioens favorables.
Correr con las condiciones meteorológicas adversas puede ser muy desagradable. Pero lo cierto es que cada vez más corredores disfrutan de la lluvia y del frío en invierno. Porque gracias a la ropa deportiva y a las zapatillas adecuadas, ahora lo tenemos mucho más fácil.
En definitiva, no caigas en la tentación de quedarte sentado en el sofá durante este invierno. Con estos diez consejos, pretendemos que no te pares. ¡Corre!
MOTÍVATE
Queda con alguien para correr. Si te están esperando, no te podrás echar atrás. Los grupos de entrenamiento o las tiradas largas entre un par de amigos son tónica habitual entre los perezosos y cuando llega el frío. Hay carreras, como el Medio Maratón de la Hipotermia, en Edmonton, que atrae a más de 3.500 corredores en el frío invierno canadiense, con temperaturas de hasta 40 bajo cero. Tampoco se trata de llegar al límite. Si corres solo, puedes auto-convencerte de que puedes volver a los cinco minutos si hace muchísimo frío, aunque una vez fuera es muy difícil que lo hagas. Y benefíciate del paisaje: hay a quien le encanta salir a correr bajo una fina capa de lluvia o justo después de una nevada.
PIES CALIENTES
Si quieres mantener los pies calientes y secos, asegúrate de que son suficientemente impermeables. Mucho mejor si son de Gore-Tex. Los calcetines son también importantes, deben expulsar el sudor y mantenerte caliente. Hay buenos modelos para el frío invierno.
CAPAS Y CAPAS
El objetivo es permanecer caliente sin sudar, para evitar pillar un resfriado. El “consejo de la abuela” nos dice que deberíamos salir a correr vestidos como si el termómetro marcara 10ºC más. La sensación inicial: ligeramente fresco. Utiliza prendas de material técnico, que expulsan el sudor, con cremalleras en brazos y cuello para ventilar a medida que te calientas (por descontado, suponemos que llevas gorro y guantes).
HAZTE NOTAR
Lo más probable es que corras en penumbra, ya que en invierno los días son más cortos, así que tienes que asegurarte de ser visto. ¿Cómo? Con ropa fluorescente, reflectante, y, si es necesario, prueba un frontal para tus carreras nocturnas, verás la diferencia.
CALIENTA DE PUERTAS ADENTRO
Antes de salir, muévete un poco en casa para activar la circulación sin llegar a sudar. Sube y baja las escaleras, haz algo de comba, o algún ejercicio de gimnasia. Hacer la cama y un poco de limpieza te servirá. Y, si quedas con alguien, no te quedes parado a la intemperie mientras llega. Espera en el coche hasta que estéis todos, si no te quedarás frío.
AMIGO DEL VIENTO
Comienza con el viento en contra y acaba con él de cola, para que no te detenga cuando ya has entrado en calor. Si el viento va muy racheado, puedes hacer tandas de 10 minutos, 5 en contra y 5 de cola. Si el día está siendo huracanado y vives en una gran ciudad puedes aprovecharte de los altos edificios, que cortarán su efecto. Y, cuidado, el viento frío puede causar estragos en tu piel. Cúbrete las manos y aplícate una buena crema protectora en la cara.
OLVÍDATE DE IR RÁPIDO
En invierno, se trata más de fondo que de velocidad. Puedes incluso tratar de buscar alguna zona elevada donde el aire esté un poco más caliente. Si no tienes tiempo para correr a mediodía, con temperaturas algo más suaves, puedes partir el entrenamiento en dos y hacer media hora tranquila por la mañana y media hora tranquila de noche si hace mucho frío, así reducirás las posibilidades de congelarte.
CÁMBIATE DESPUÉS
Tu temperatura corporal empieza a disminuir en el mismo momento en que paras. Para evitar un resfriado, cámbiate de ropa (de pies a cabeza) lo antes posible. Para el pelo húmedo, un gorro seco. Y bebe algo reconfortante, como un té caliente o un chocolate (si te lo has merecido).
QUE LLUEVA, QUE LLUEVA...
No pongas pegas si llueve. Piensa que hay lugares con 200 días de lluvia al año y sal a correr, eso sí, preparado. Lleva un par de zapatillas de repuesto, un chándal, una toalla de playa y un chubasquero en el coche por si acaso. Hay quien cubre los pies (con los calcetines puestos) con plásticos antes de calzarse las zapatillas. Para secar las zapatillas mojadas cuando estés en casa, nada mejor que quitarles la plantilla y rellenarlas de bolas de papel de periódico, que quitarán la humedad.
EMIGRA A LUGARES CÁLIDOS
No es casualidad que en invierno se prodiguen carreras en lugares del litoral, del sur del país o incluso en las Islas Canarias. A todo el mundo le gusta refugiarse en un lugar más cálido en el que, por otra parte, conseguir una buena marca. El Maratón de Gran Canaria y las medias de Santa Pola, Torrevieja y Torremolinos se celebran en Enero y Febrero.



trucos para correr bajo la lluvia (¡y disfrutar de ello!)

Numerosos son los corredores que vigilan el cielo antes de validar la salida de una sesión de entrenamiento. ¡Como si unas gotas de agua pudiesen trastornar la calidad de su esfuerzo! ¿Convivir con la lluvia? Claro que es posible…


1. Adapta tu equipamiento a las circunstancias























¡Es inútil sacar el poncho si tan solo llueve de manera moderada! La vestimenta que lleves tendrá que ser elegida en función de la duración de tu sesión de entrenamiento prevista y de la intensidad de las precipitaciones.

Si llueve de manera continua, procura:
  • Llevar un gorra para que las gotas que podrían caer de tu frente no entorpezcan tu visibilidad.
  • Llevar un cortaviento impermeable pero transpirable.
  • Proteger las zonas expuestas a las rozaduras de manera más meticulosa que de costumbre. El agua hace que la ropa pese más y por consiguiente la convierte en fuente de irritaciones.
  • Llévate la mínima cantidad de objetos.

2. ¿Estás mojado, y qué?

¡Lo más difícil cuando uno decide correr bajo la lluvia es pensar en que se va a mojar!
Una vez las prendas y los pies calados, el gesto deportivo se hace tan natural con tiempo húmedo como con tiempo seco.
Es incluso probable que te sorprendas rápidamente por el hecho de disfrutar corriendo de esta manera entre las gotas cuando otros, a tu alrededor, buscan protegerse.

No olvides que no podrás elegir las condiciones climáticas de tu próxima carrera. ¿Qué harás si llueve? Lo mejor es ir acostumbrándose a correr bajo la lluvia e incluso aventurarse a pisar con alegría en los charcos. ¿La lluvia moja? Y qué…


3. En caso de tormenta

Es posible que el simple chaparrón del principio de la sesión se transforme de pronto en un diluvio o peor, en una tormenta. Si corres en medio del campo y te sorprende la tormenta, lo mejor será evidentemente encontrar un refugio. No dudes en parar a un automovilista (realizando grandes gestos si fuera necesario) y en llamar a tus familiares para que vengan a buscarte (si corres con un móvil). Si esto no fuera imposible, no te asustes. Aléjate de los árboles y acurrúcate lo más que puedas: los rayos, en efecto, golpean siempre en los puntos más altos.


4. Una vez protegido…

Es importante tener sentido común y quitarse la ropa lo antes posible para evitar que la piel macere dentro de las prendas mojadas. Cuida de tus pies y de tus zapatillas (en este orden).

Verifica que no te haya aparecido ninguna ampolla: la lluvia puede haber ablandado tus tejidos activando la aparición de pequeñas lesiones. En cuanto a las zapatillas: quita la plantilla – la suela movible – para que se seque por separado.

¡Hay que aprender a superar las dificultades pasajeras de los primeros metros! La lluvia, cuando es floja a moderada, no debe disuadir a la hora de salir a correr.

La llegada de las primeras lluvias de otoño son, para muchos runners, un gran alivio después de un verano de intenso calor. Los entrenamientos ahora son más llevaderos y los rodajes pueden ser mucho más largos que hace unos días. Pese a ello, es conveniente que los corredores populares adopten algunas medidas para evitar incidentes con el agua y para sacar un mayor rendimiento a sus entrenamientos.

1.- Lleva la ropa justa; ni más ni menos

Aunque la lluvia está empezando a aterrizar en España, la bajada de temperaturas todavía no es un hecho preocupante. Durante el mes de octubre el tiempo sigue siendo suave por lo que debemos huir de utilizar muchas capas de ropa a la hora de salir a correr. Cuanto más ropa, más peso y más tarda en secarse. Es cierto que la vestimenta del runner debe ser elegida en función de la duración del entrenamiento y de su intensidad, pero un cortavientos de calidad puede ser útil para luchar contra el agua. En la actualidad hay infinidad de modelos adaptables para todo tipo de corredores y bolsillos: es muy importante que sea transpirable.
Muchos corredores populares también son partidarios de usar la gorra cuando llueve. Aunque puede parecer una contradicción, la gorra sirve para eliminar las gotas que podrían caer en nuestra cara y entorpecer nuestra visibilidad.



2.- Elige un escenario adecuado para entrenar

Cada vez hay más amantes del running que disfrutan ‘como locos’ corriendo bajo la lluvia. Sentir el agua en la cara cuando hacemos deporte es una sensación inigualable pero tenemos tener cuidado por donde pisamos. Si ha llovido con intensidad debemos evitar las zonas excesivamente embarradas; podrían sufrir más de la cuenta nuestros tobillos.
Pisar los charcos no suele ser un problema para los corredores aunque sí que debemos escapar de rodar en determinadas ubicaciones. Por ejemplo, es muy recomendable al correr con agua no pisar las hojas de los árboles que hay en el suelo, así como las tapas de las alcantarillas que suelen ser muy resbaladizas.
Por otro lado, si nos sorprende una tormenta durante nuestra carrera, lo más inteligente es parar y buscar a toda prisa un refugio: aléjate de las zonas arboladas e intenta no utilizar el teléfono móvil ya que los rayos suelen buscar un campo electromagnético.

3.- Mojarse es lo de menos, disfruta del entreno

La lluvia nos puede pillar en cualquier carrera o en cualquier entrenamiento, por eso hay que estar preparados para correr con agua. Aunque inicialmente puede resultar incómoda la sensación de estar mojados, sobre todo en los pies, el corredor se irá acostumbrando con el paso de los minutos.

Secar las zapatillas es fundamental tras la carrera / Getty
Secar las zapatillas es fundamental tras la carrera / Getty
Si eres de los que no que no soportas correr con lluvia, piensa en practicar otras actividades bajo techo que puedan servir como complemento al running. Utilizar la cinta o marcarte una buena jornada de bici estática suelen ser unas buenas alternativas para los más perezosos.

4.- Apuesta por las prendas reflectantes

Con la llegada de la lluvia es fundamental marcar nuestra presencia, sobre todo por la noche. Es básico que durante el running utilicemos prendas reflectantes y colores llamativos para no tener sustos con los coches, motos y bicicletas. Un cortavientos de color amarillo chillón es mejor que uno oscuro. Procura también que las zapatillas de running tengan franjas reflectantes.

5.- Después de la carrera

Después de correr con lluvia no pierdas el tiempo y tras los estiramientos de rigor, vuelve a casa inmediatamente. Sécate lo antes posible, abrígate y quítate las zapatillas; para secarlas debes retirar la plantilla y rellenar el calzado con papel de periódico. Es la mejor manera de conservar las zapatillas de running en otoño e invierno.
Por último, comprueba el estado de tus pies ya que la lluvia suele propiciar la aparición de ampollas. De ser así, consulta con un especialista la forma de eliminarlas y no temas si te sugiere la posibilidad de pincharlas con una aguja esterilizada para sacar el líquido.


Buena carrera !

miércoles, 18 de marzo de 2015

En estos días inciertos, en que correr es un arte...

Hola Chinguaners, runners, finishers, amigos todos...

Es cierto que vivimos momentos de cambios. Que llevamos una vida estresante, que necesita de una válvula de escape que nos aleje por un rato de la realidad, huyendo de nuestros problemas y preocupaciones. Ese universo donde somos los dueños de nuestros actos y esclavos de nuestras zancadas.

Los días en que sólo salíamos a correr, por salir a correr quedaron atrás. Ahora, hay que responder a la pregunta ¿Por qué corres?, la primera respuesta puede ser bien fácil, ¿Y por qué NO?, el resto de respuestas depende de cada uno, de sus motivaciones y preocupaciones.

La brisa de la mañana te ayuda a despertar, el sol bronceando tu piel, la puesta de sol te relaja y te da paz...hay millones de frases que explican los porqués.

Por mejorar, por bajar tus tiempos, por querer ser cómo tus ídolos, por poder coger a aquél que va por allí, por perder peso, por disfrutar, para sentirte mejor...hay millones de motivaciones.

Sólo, con tu pulsómetro, con un amigo, contra un rival, en una carrera, con un club, hay millones de combinaciones.

Lo esencial, lo espiritual, lo que los puristas calificarían como íntegro y verdadero...es tan sólo correr. Un paso, otro, una zancada, otra.

Dejando atrás tantas cosas: la casa, el trabajo, los miedos, las inseguridades, la vida diaria, el ajetreo, los problemas...y los kilómetros.

Subiendo cada día un peldaño más, mejorando, invirtiendo en tu cuerpo, evolucionando en tu salud, sintiéndote mejor.

¿Necesitas más respuestas?

Cinco cosas que descubrí al comprar mis primeras zapatillas...

Hola Chinguaners...
dedicado a todos aquellos que compraron sus primeras zapatillas de running y a los que lo harán, que seréis muchos...(tomado de runners.es)

1. Demasiadas zapatillas, muy poco tiempo para verlas todas:

Cuando entré en la tienda esperaba salir coger un par de zapatillas con buen aspecto y estar fuera en cinco minutos. ¡Error! En el momento en que crucé el umbral de esa tienda me introduje en otro mundo. Las paredes estaban llenas de decenas de zapatillas con distintas formas, tamaños y colores. Había marcas que ni siquiera podía comenzar a pronunciar. Miré una etiqueta de precios y mis ojos cambiaron de órbita. De repente, cogí un par y antes de poder avergonzarme de mi mismo un vendedor se acerco a ayudarme, gracias a Dios.

2. No es fácil:

El vendedor es una persona cercana y agradable, pero me empieza a acribillar a preguntas como: ¿cuánto tiempo llevas corriendo? ¿Cuántos kilómetros haces por semana? ¿Vas a competir o corres sólo por diversión? ¿En qué superficies vas a correr? ¿Tienes el arco alto, bajo o los pies planos? ¿Sueles talonar? ¡Maldita sea! Piden menos preguntas en Match.com. Pensé que iba a comprar unas zapatillas, no a casarme con una de ellas. Mi cabeza comenzó a dar vueltas y, justo en ese momento, el vendedor me vuelve a preguntar: ¿hay que revisar tu pronación? ¿Revisar mi qué?, le pregunté, ¿qué demonios es eso?

3. Tengo algo que se llama pronación:

No sé a qué se refiere cuando el vendedor dice pronación, tampoco dónde está ubicada… Al ver el pánico en mi cara, el dependiente me dice rápidamente que sólo quiere ver si mis tobillos se meten hacia dentro o hacia fuera. ¡Menos mal!, esto lo podemos hacer fácilmente.

4. Realizar un entrenamiento:

El empleado me alcanza unas zapatillas nuevas y me pide que me suba a una cinta de correr, aunque no estaba preparado realmente para una carrera en ese momento. Él me dice que va a estar bien, y señala que la cinta está configurada para que pueda obtener un primer plano mío corriendo. ¿Se supone que eso es un incentivo?

La cinta de correr comienza a funcionar y empiezo a dar zancadas entre resoplos y nerviosismo. Durante todo el tiempo, el dependiente de la tienda está describiendo los aspectos técnicos de mi pisada. En estos momentos una pregunta volvió a mi mente, ¿vale la pena todo esto para conseguir unas zapatillas nuevas?

5. Zapatillas que marcan la diferencia:

Las nuevas zapatillas se sentían de lujo, mejor que las que había usado hasta el momento. Las compré, y no me arrepiento. Si voy a ser un corredor de bien, necesito un equipo adecuado.

Con mis nuevas compañeras de zancadas sigue sin ser más rápido, las mujeres con el carrito de sus bebés siguen siendo más veloces que yo, pero mis pies se sienten mucho mejor. Además, me alegro de que todo lo anterior haya terminado.

Ahora bien, una nueva pregunta ronda mi pensamiento: ¿por qué necesito calcetines de running?

jueves, 12 de marzo de 2015

Voy a correr mi primer maratón

Qué es una maratón? 



  Seamos claros: correr un maratón significa recorrer 42.2 Km.
  El primer evento llamado Maratón, fue realizado al final de los juegos olímpicos de Atenas, en 1896. Esta distancia y este nombre fueron determinados para recrear y conmemorar la legendaria carrera de Philippides en 490 AC, de la ciudad de Maratón a la ciudad de Atenas.
  Estoy metido de lleno en el final del Libro "Maratón", de Andrea Frediani, que se resume así: 480 a. C. La flota griega espera conocer el resultado de la batalla de las Termópilas. Esquilo, que presta servicio en una de las naves como hoplita, recibe la visita de una mujer misteriosa que le cuenta su versión de la batalla de Maratón, en la que el propio poeta había participado diez años antes. Los recuerdos de los dos interlocutores se cruzan para reconstruir una historia jamás contada sobre el primer enfrentamiento entre griegos y persas, y lo que ocurrió inmediatamente después, cuando los heraldos corrieron a Atenas para comunicar la victoria griega antes de que quienes apoyaban a los persas abrieran las puertas a los invasores. Maratón es la apremiante crónica de una batalla y de una carrera, los tres protagonistas ponen en juego su amistad y su propia vida para disputarse el amor de una mujer, pero también para descubrir los límites de su propia ambición.

  Tras leerlo, aún me quedan unas páginas, y como creo que la vida es una aventura, me estoy centrando este año en el siguiente reto, emular a los hoplitas en su distancia para comunicar el resultado de la batalla, salvando las distancias. 
  Vivimos un momento de locura, en lo que al deporte popular se refiere. La crisis de los 40 se resuelve corriendo maratones y completando Ironman. A mí puede que la crisis de los 40 se me haya adelantado unos años, o simplemente no sea una crisis sino un leitmotif. "Paso tras paso", zancada a zancada construimos lo que somos y una maratón no es más que un proyecto más que abordar como realización personal, donde llevar una vez más el Orgullo Chinguan.

  Ya he corrido carreras de 5km, 10miles, unas 15 medias, algún que otro duatlon, un medio Ironman...¿por qué no dar ya el salto a la distancia mítica?
  Preparar un maratón implica tiempo, dedicación, sufrimiento y ganas, muchas ganas. Afortunadamente tengo de todo, he superado retos similares o incluso mayores, podría intentarlo.
  Estoy embarcado en una nueva gesta personal, en la que sólo prentedo luchar conmigo mismo, superarme, mejorar cada día y obtener resultados de un programa de entrenos. 
  Siguiendo los consejos del gran Óscar, estoy haciendo mucho fondo en la bici antes, con muchas salidas con la btt, 


incluso nocturnas, 


en enero y febrero debido al frío he sudado mucho en el rodillo. 


  Espero que poco a poco reencuentre las sensaciones del año pasado y cuando llegue la fecha marcada en rojo en el calendario, allá por Abril, poder completar el Rock and Roll Madrid Maraton y añadir así una prueba más al palmarés Chinguaner, tan extenso tras vuestros éxitos últimos.
  Volverá a escribirse con sudor un nuevo capitulo de chinguanes que corren por el mundo...


yo lo iré contando y vosotros podréis seguir disfrutándolo...