Hola Chinguaners...
dedicado a todos aquellos que compraron sus primeras zapatillas de running y a los que lo harán, que seréis muchos...(tomado de runners.es)
1. Demasiadas zapatillas, muy poco tiempo para verlas todas:
Cuando entré en la tienda esperaba salir coger un par de zapatillas con buen aspecto y estar fuera en cinco minutos. ¡Error! En el momento en que crucé el umbral de esa tienda me introduje en otro mundo. Las paredes estaban llenas de decenas de zapatillas con distintas formas, tamaños y colores. Había marcas que ni siquiera podía comenzar a pronunciar. Miré una etiqueta de precios y mis ojos cambiaron de órbita. De repente, cogí un par y antes de poder avergonzarme de mi mismo un vendedor se acerco a ayudarme, gracias a Dios.
2. No es fácil:
El vendedor es una persona cercana y agradable, pero me empieza a acribillar a preguntas como: ¿cuánto tiempo llevas corriendo? ¿Cuántos kilómetros haces por semana? ¿Vas a competir o corres sólo por diversión? ¿En qué superficies vas a correr? ¿Tienes el arco alto, bajo o los pies planos? ¿Sueles talonar? ¡Maldita sea! Piden menos preguntas en Match.com. Pensé que iba a comprar unas zapatillas, no a casarme con una de ellas. Mi cabeza comenzó a dar vueltas y, justo en ese momento, el vendedor me vuelve a preguntar: ¿hay que revisar tu pronación? ¿Revisar mi qué?, le pregunté, ¿qué demonios es eso?
3. Tengo algo que se llama pronación:
No sé a qué se refiere cuando el vendedor dice pronación, tampoco dónde está ubicada… Al ver el pánico en mi cara, el dependiente me dice rápidamente que sólo quiere ver si mis tobillos se meten hacia dentro o hacia fuera. ¡Menos mal!, esto lo podemos hacer fácilmente.
4. Realizar un entrenamiento:
El empleado me alcanza unas zapatillas nuevas y me pide que me suba a una cinta de correr, aunque no estaba preparado realmente para una carrera en ese momento. Él me dice que va a estar bien, y señala que la cinta está configurada para que pueda obtener un primer plano mío corriendo. ¿Se supone que eso es un incentivo?
La cinta de correr comienza a funcionar y empiezo a dar zancadas entre resoplos y nerviosismo. Durante todo el tiempo, el dependiente de la tienda está describiendo los aspectos técnicos de mi pisada. En estos momentos una pregunta volvió a mi mente, ¿vale la pena todo esto para conseguir unas zapatillas nuevas?
5. Zapatillas que marcan la diferencia:
Las nuevas zapatillas se sentían de lujo, mejor que las que había usado hasta el momento. Las compré, y no me arrepiento. Si voy a ser un corredor de bien, necesito un equipo adecuado.
Con mis nuevas compañeras de zancadas sigue sin ser más rápido, las mujeres con el carrito de sus bebés siguen siendo más veloces que yo, pero mis pies se sienten mucho mejor. Además, me alegro de que todo lo anterior haya terminado.
Ahora bien, una nueva pregunta ronda mi pensamiento: ¿por qué necesito calcetines de running?
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