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lunes, 21 de enero de 2013

CRÓNICA DE MI PRIMERA MEDIA MARATÓN

Hola chinguanes: El domingo 20 de enero, corrí mi primera prueba "seria", la Mitja Marató de Santa Pola. Empecé a prepararla hace un par de meses, pero fue durante el mes de diciembre que más entrené. Sin embargo, tenía serias dudas de si estaba realmente preparada pues las tiradas más largas que hice no pasaban de los 16 km. Con anterioridad, había corrido alguna carrera popular de 8-10 km y, sobre todo, carreras solidarias que son en las que más disfruto. El día 20 amanecí muy nerviosa y con muchas ganas de afrontar mi primera gran distancia. La mañana empezó fresca, soleada y con mucho viento. Llegamos trotando a nuestro cajón de salida. El ambiente era mejor de lo que me había imaginado con aficionados animando desde el km 0 y "runners" de todo tipo y condición. Tardamos unos cuatro o cinco minutos en cruzar la línea de salida. Los primeros ocho km resultaron cómodos y divertidos. Íbamos un grupito de cinco runners manchegos: Miguel Ángel Chinguan, Mercedes, Ruth (la pequeña "American") y Marta del club Acero y yo, la nueva Chinguana y blogger, Ana Mora. Íbamos disfrutando del paisaje, hablando y riendo por el paseo. Al llegar a la cadena de Santa Pola del Este, km 11, empecé a sentir el viento en contra. En este momento, nos dividimos y las "Aceras" siguieron más rápidas y yo me quedé con Miguel Ángel que me cortaba el viento. Hasta el km 14 sentí el viento con más fuerza y yo, cada vez, tenía menos stamina para seguir hasta el 21. Entonces, entramos en el pueblo y el viento pareció amainar. Un grupo de música heavy me animó llamándome con mi nick, ANOJETE, que tanta gracia les hizo. Me recuperé ligeramente hasta el km 16 que volví a estar "catacrocker". En este punto, Miguel Ángel pensó en no tirar millas solo porque me veía sentada en el próximo bar tomándome una caña. Atravesamos el pueblo y nos dirigimos a Gran Playa, Playa Lisa y el Tamarit. Cada vez que veía corredores en sentido contrario que volvían, pensaba que si daba la vuelta y me colaba nadie se daría cuenta. Pero, claro, llevaba al runner legal a mi lado y no me lo iba a permitir. Entonces, pensé en la paella que me iba a tomar en el Restaurante Tano de Playa Lisa y en ese orgullo patrio cuando le contara a mis compañeros del cole que había resistido y no sé cómo pero seguí hasta el km 20. En este punto, ya veía los arcos de la llegada, pero pensaba que era el primero de ellos. Y no, tuve que continuar 300 metros más. Al final, 21,300 km en 2horas 7minutos 13segundos hora oficial y 2horas 4minutos 16segundos. Tiempos a parte, me sentí tan contenta y realizada de haberla terminado y sin ninguna lesión que decidí comprarme dos pares de zapatos (cualquier excusa es buena para comprar zapatos). También tengo que dar las gracias a Miguel Ángel, mi hermano, por haberme acompañado durante toda la pruebo, puesto que me animó en todo momento a seguir y sin hacer trampa. Dejo una foto de mi original dorsal.
Ana Mora Frías

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