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jueves, 26 de diciembre de 2013

Como limpiar tus zapas


En fin, que lo fácil sería que se fueran directamente a la lavadora. Pero, no, ¡grosso error! Eso sería desaconsejable, ya que podríamos estropear los materiales de los que están hechas y probablemente sus tecnologías perderían muchas de sus cualidades.

¿Entonces qué? ¿Cómo las lavamos?

Las introducimos en un barreño con agua templada y les añadimos jabón neutro. Ahí las dejamos durante una media hora hasta que se reblandezca la suciedad incrustada. Una vez transcurrido este tiempo, en el mismo barreño y con la misma agua, las frotamos con un cepillo con las cerdas suaves. No con un cepillo de esparto, ya que podríamos deshilacharlas. Hecho esto, se sacan del agua y se aclaran. Ya sea con una manguera, en la ducha o en un lavadero.

Si vemos que ya están limpias, las pondremos a secar. Aunque nunca al sol, ni junto a una fuente de calor, ya que esto podría deformarlas. Lo suyo será ponerlas a la sombra, en un lugar seco e incluso rellenarlas con papel de periódico para que absorban mejor la humedad. Las plantillas y los cordones sí pueden ser lavados a máquina, no hay ningún problema por eso.

Ahora sólo nos restará esperar a que se sequen para salir de nuevo a disfrutar  haciendo kilómetros. Seguramente al vernos con ellas tan relucientes el resto de runners nos dirán: "zapas nuevas, ¿no?" 


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