Querido maratón,
Apenas 48 horas quedan para volver a vernos. Sé que esperabas ansioso, como yo, nuestro reencuentro. Después de meses de engañarte a diario con otras distancias, por fin volveremos a cruzarnos.
Han sido días y días pensando en ti, horas y horas soñando como será nuestro ansiado reencuentro.
La nuestra, es una relación difícil. Mucho si pero no, puede ser, igual tal vez...al final por mucho que nos queremos siempre queda la duda de si será para siempre.
El suspense y los nervios hacen que la última semana sea eterna, el reloj no corre, como en las primeras tiradas largas, donde los minutos se convierten en horas. La mente no para de pensar en kilómetros, ritmos, geles y calles por donde pasaré. La cabeza va a mil, vives inmerso en tu sueño, tanto de día como de noche.
Con todo preparado partimos hacia Valencia hoy, deseando cruzar esa pasarela flotante que hace las veces de meta. Esas zapatillas amoldadas, tus calcetines talismán, cargamento de geles y barritas para antes, durante y después, la equipación que te acompaña en las grandes ocasiones...eso es una maleta en condiciones.
Ahora es momento de echar la vista atrás, al contrario que cada día donde solo cabía mirar hacia delante, para ver dónde hemos llegado.
Hay que valorar cada kilómetro, cada tirada, cada día de descanso, cada minuto, y agradecer todo lo que el maratón sin saberlo te ha ofrecido:
Esos madrugones que te cambian el ritmo de vida, que te enseñan por donde sale el sol.
Ese aire de amanecer que solo tú agradeces al subir una cuesta y te reconforta en la bajada.
La paleta de colores que pinta el cielo para ti en cada uno de los meses.
Cómo va la ropa creciendo y camisetas que antes apretaban ahora quedan sueltas.
El desgaste por el uso de las zapatillas, rígidas y ortopédicas al principio, se convierten en guantes a medida.
Cómo bajan las defensas y el moco te acompaña eternamente allá donde vayas.
Descubrir nuevas canciones y volver a disfrutar las que ya conoces porque son tu única compañía.
Soñar, no parar de soñar mientras sufres con la gloria eterna, aunque sea solo dentro de tu cabeza.
Descubrir con el paso del tiempo del tiempo has conocido muchos rincones corriendo, playa, montaña, pueblos y ciudades.
Ya solo quedan dos días, roadtoValencia adquiere más sentido que nunca. El domingo haremos lo que más nos gusta, disfrutaremos de una ciudad que se vuelca en su carrera, y ganaremos, seguro que todos ganaremos, y nos prometeremos que esta vida que no deja de ser un maratón, está hecha para nosotros aunque como siempre no llegamos como queremos y siempre podríamos haber entrenado mucho más.
Nos vemos dentro de 42,195 km.
Así estoy yo también ahora. Un nudo de sensaciones en el cuerpo y en el ojete.
ResponderEliminarMe ha encantado tu post.
Ana