.slideshow-container {width: 297px;height: 221px;background: #bb0000;border: 2px solid #bb0000; }

martes, 17 de octubre de 2017

DE RUNNING, DE VIAJAR, DE ÉTICA Y DE REDES SOCIALES…

Vivimos en una sociedad de la tecnología donde las amistades y los ligoteos se tienden a construir más con filtros Juno o Valencia que en bares, parques o cafeterías.
Vivimos atacados y enganchados al baterías externas para que nunca se nos apague el iphone, para estar siempre conectados y online.
Vivimos tan pendientes del móvil que no nos paramos a escuchar al otro, al que tenemos en frente. No llegamos a conocer la esencia de esa persona que tenemos aquí y ahora, de forma tangible.
Esta historieta que voy a contar ahora tiene mucho de novelesca y de serie de televisión. De hecho, me recordó al episodio primero de la tercera temporada de Black Mirror.  Si no la habéis visto, os dejo el link del trailer:


Pues bien, las historias de la vida real comienzan con una red social, instagram. Empecé a postear fotos hace unos años como medio de guardar imágenes, y recuerdos de mi vida. Al cabo del tiempo, los seguidores crecieron, pero no dejan de ser eso, seguidores, voyageurs de la vida ajena. En este muestrario de la vida y de los likes, comienzan las relaciones de filtro Valencia.
Siempre he confiado en el poder sanador de las personas, de la fuerza de un abrazo o de una conversación real mirándose a los ojos. De ahí, que seamos animales gregarios y sociales que nos guste estar rodeados de los otros. Sin embargo, las redes han suplido esta labor, haciéndonos creer que la familia y el círculo virtual son nuestros amigos. Pues no, los amigos te sacan una sonrisa, te sacan a bailar,  te invitan a una cerveza, te escuchan, te hablan cuando estás cansado si tienes que conducir, se interesan por ti, te abrazan,…

Por supuesto, que también tienen cosas buenas y positivas. Te dan la oportunidad de conocer y aprender mucho. Sin embargo, hay que saber quitar la máscara del que está detrás de la pantalla del iphone y no confiar 100% en ese cierto perfil que se crean.

Gracias a Instagram, Strava y Garmin connect, podemos conocer a muchísimos runners que compartan nuestra afición. Con la edad, cada vez nos apetece menos salir de fiesta a darlo todo, pues las resacas nos duran lustros. Y preferimos conocer gente de forma tecnológica. Pero, ojito con los perfiles construidos a golpe de filtro porque “Después de todo, cada cual lleva su máscara…”

No hay comentarios:

Publicar un comentario