Para esta teacher y, runner en sus ratos libres, el mes de los propósitos fue noviembre 2016. En ese mes y medio de baja que pasé con mi radio roto, debido a mi mala cabeza y a mi mala coordinación con la bici de montaña, me planteé muchas cosas. Una de ellas era que quería ser capaz una vez en mi vida, al menos, de terminar una maratón y lo que ello suponía, constancia y perseverancia.
Nunca he sido una persona "fit" ni siquiera deportista. Creo que siempre he preferido quedarme horas estudiando en la biblioteca o haciendo cursos de idiomas antes que hacer cualquier tipo de deporte. Mi morfología endomorfa no es de esas que se mantienen finas y delgadas del aire. Por eso, comencé a correr hace unos 5 o 6 años para adelgazar. La crisis de los treinta, la llamé yo. Sin embargo, correr me enganchó y me demostró la fortaleza de mi cuerpini endomorfo que yo odiaba.
De ahí, lo brutal del reto de terminar una maratón.
A partir de noviembre de 2016, empecé a ser mucho más constante en los entrenamientos. Llevo desde diciembre haciendo una media de 165 km mensuales con meses de casi 200 km y algunos con algo menos. Estoy corriendo una media de 4/5 días por semana que combino con pesas y ejercicios funcionales en el gimnasio. Bueno, en verano me di un respiro de gym y me dediqué a hacer abdominales en la playa y a subir escaleras de dos en dos sin parar.
El curso pasó con muchísimos retos académicos también. Me matriculé en el Grado de Primaria con mención de PT y en el C2 de inglés en la UNED. Estos estudios me demandaban trabajos semanales. Fue un curso durísimo porque, como sabéis, mi colegio es muy difícil y mi situación familiar, también, me demanda muchas horas. Sin embargo, correr me ayudó a organizarme las semanas como podía. A veces, comía en el recreo, llegaba a las 15 horas a Albacete, me cambiaba y salía a correr para poder aprovechar la tarde. Fue un curso de locos que saqué con notas brillantes. ¡Big kudos for me!
Las carreras iban saliendo, los entrenamientos también. Llegó el 30 de junio y mientras nos aburríamos soberanamente en un claustro escolar, mi compañera de trabajo y fatigas Lucía González y yo nos inscribimos en la Maratón de Valencia. A decir verdad, lo hicimos sin pensar y luego cada vez que salía a correr, me cagaba al pensarlo.
Descansé 10 días en julio mientras estuve en Cuba. Bueno, a decir verdad, fui al gym del resort de Varadero un par de veces a quemar los mojitos. En agosto, mi tranquilidad emocional y laboral me permitieron correr y empezar con el entrenamiento específico para Valencia. Algunos días el calor y la humedad se hicieron insoportables. Salía siempre con bidones de agua y alguna barrita de Gofio Plus. Me recorrí la carretera del Faro de Santa Pola de forma incansable y cuando sentía que me derretía, me bañaba en bolas en el Carabassí y vuelta para casa. La verdad es que no lo sentí como entrenamientos porque fueron momentos de felicidad runner o "mindful run" como lo titulamos mi amiga Fati Simón y yo.
Llegó septiembre y la motivación iba en aumento hasta que el día 5 una "amiga" me soltó una bofetada emocional y mi mundo cambió "upside-down". En ese momento, fui consciente de la importancia de la tranquilidad emocional para preparar una prueba de estas características. Me pasé casi una semana sin sumar kilómetros sin calzarme las zapas. Estaba como rota y llena de pena y dolor. Ahí pensé en dejarlo. No estaba centrada. Había otras cosas más importantes que me llenaban la cabeza con tonterías y dolor. Los días fueron pasando y me rodeé de muy buenas personas que me alumbraron con su luz el camino y me hicieron confiar en mi fuerza una vez más.
Volví a correr, a hacer tiradas largas, a participar en carreras. Y los resultados y tiempos fueron saliendo. Cada vez me siento más cómodo. Me encanta las tiradas largas con amigas controlando pulsaciones, descubrir rutas de correr nuevas, disfrutar de cada zancada. Con lo que aún no disfruto es con las series, las sigo odiando, me pesa el ojete. Mención especial a Eli Lozano y a Lucía por esas tiradas largas con la Ojete.
Durante este mes, he salido en la revista Women´s Health España en la campaña de #EnformaMiforma que me hizo mucha gracia. La imagen fue tomada por Raúl Ortiz en la carrera del Amanecer de Santa Pola de este año. Es un fotón y, luego, yo puse unas palabras relativas al hashtag de la campaña.
http://www.womenshealth.es/salud/articulo/enformamiforma
También, he corrido en Pozo Cañada, en Chinchilla y en Socovos. Las carreras de montañas me están gustando mucho aunque a veces quiera hacer la croqueta en alguna cuesta.
Carrera popular de Chinchilla 2017 |
Con la próxima maratoniana Lucía y el maratoniano Pachi |
Y hoy a día 1 de octubre puedo decir que vuelvo a estar súper motivada y centrada en conseguir mi objetivo de cruzar el arco de meta de Valencia. Aún me queda un mes duro de tiradas largas e infinitas, pero espero que mi cabecita y corazoncito loco me permitan seguir trabajando en ello.
Este mes vienen grandes carreras también, la media maratón de Lisboa rock&roll, la media de Hellín y alguna más para completar las del circuito.
Por Ana Mora (@anaojete1)
Un running contigo siempre es bien. O unas cerves. O un viaje everywhere. Vamos, lo que se tercie. Y hace mucho que pienso que conseguirás lo que te propongas Ana Mora.
ResponderEliminar������ Love you to the moon and back!
ResponderEliminarY un Arcade fire contigo tb debe de estar muy bien!