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domingo, 20 de octubre de 2013

ILUNUM, ELO, HELLÍN.



La primera vez que pisé Hellín, siete años atrás, fue para trabajar en el CEIP Martínez Parrás y no se me pasó por la cabeza que un día 20 de octubre de 2013 terminaría una media maratón por sus calles.

Al principio, lo único que sabía de Hellín era que había sido un municipio romano, que su Tamborada era famosa en el mundo entero y que sus caramelillos de anís estaban siempre en la mesilla de noche de mis padres. Nunca pensé que tuviese estas callejuelas empinadas y retorcidas tan llenas de historia. 
LuisMi Jumilla, José Joaquín y Joaquín. ¡Qué claustro más vigoréxico!
He disfrutado como nunca esta carrera. No pretendía hacer marca ya que las cuestas se me dan bastante mal y suelo pinchar. Así que desde el km 1 me he dedicado a observar todo lo que veía y a disfrutar a un ritmo liviano. Los primeros cinco kilómetros han discurrido por el campo. Sin embargo, lo bonito y lo más duro ha comenzado subiendo la calle López del Oro. Cruzamos la plaza de Santa Ana dónde está el monumento al Tambor. A partir del kilómetro ocho, subimos camino a la Iglesia de la Asunción del siglo XVI, pasamos por el antiguo convento de las Clarisas y llaneamos un poco para recuperar. De repente, torcemos a la izquierda y nos encontramos con la subida a San Roque, una iglesia del siglo XVIII que marca el principio del Calvario. Alguna vez me han contado que en tal iglesia se guarda una imagen "brutal" del veneradísimo Cristo de Medinaceli. Justo es ahí en pleno barrio del Raval dónde me encuentro con mis primeros alumnos. Cuando me reconocen, me animan y gritan: ¡Vamos, maestra!. Tengo que reconocer que me han dado fuelle para seguir y terminar la primera vuelta fresca y preparada para la segunda. 
Una vez coronado San Roque, tomamos la avenida del colegio Manuel Guillamón y, como no, los ánimos calés han sido de lo más divertido. Decían cosas del tipo: ¡Rubia, bébete un cubata y tira el agua!
En la Avenida de la Constitución, me he recuperado bastante y me disponía a tomarme un gel, pero se me reventó en la cara. Seguimos bajando y completamos la primera vuelta. Durante la segunda vuelta, estaba esperando al tío del mazo sobre el km 15, pero no apareció. Subí a San Roque otra vez gracias a los ánimos de mis niños, ya que si me paraba no harían los deberes en una semana y eso sí que no.
Sobre el km 17, intenté tomarme otro gel para evitar calambres y, esta vez, sí que me lo engullí entero. En el km 21, entramos en el campo de fútbol. ¡Vaya emoción! Última vuelta y, cuando miro el reloj, me doy cuenta de que voy a llegar en menos de dos horas. Aprieto los dientes y ya está. Ya lo tengo mi tercera media maratón y en 1:59´:55´´. 

Y como en toda carrera la hidratación y los ánimos son súper importantes, le tengo que dar las gracias a David que me dio agua fresca y me alentó en todo momento. 


Ana

3 comentarios:

  1. Grande Ana!! Una más a la saca...una chinguan no se para en San Roque ni en ningún sitio...vamos a por la siguiente, Santa Pola espera en el horizonte!!!

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  2. Excelente reportaje. Hay carreras que se disfrutan especialmente. Creo que para tí, hoy ha sido una de esas.

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  3. Enhorabuena anica, eres un ejemplo de superación y esfuerzo
    Estamos orgullosos de t

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